domingo, 24 de abril de 2016

El escenario del verso


Llegaste de la nada
y aterrizaste en mi,
creyendo que yo era la Luna,
y tú el mismísimo Apolo XI.

Y ahora sólo se que resides
en mis oscuras noches,
que tienes permanencia en mis sueños,
que hace 47 años de la 
llegada del hombre a la Luna,
y que de tu llegada no tengo
pista alguna.

Porque poesía siempre 
será el mejor escenario y droga,
y los versos mis más humildes
escalones y camellos,
para poder sobrellevarte, musa.

Tu figura siempre el llamativo
envoltorio del bombón más deseado,
tu figura cubierta de ese barniz cosmopolita.

Tus curvas,
las más llamativas del lugar,
las culpables de que mi
reloj de arena haya desistido, 
porque sabe que ya el tiempo
dejó de ser cuestión,
la curva más peligrosa jamás existente,
la que hace mi balbuceo de tu nombre
en noches de muelles desiertos,
tu puta sonrisa como heroína,
la peor de mis,
y sus drogas.

Advierto de su peligro,
quedaréis prendados,
no digáis que no os advertí,
yo ahora soy hotel de paso para marinero,
me alienta el buceo del recuerdo,
del recuerdo de la última vez que esbozo su heroína.

La Luna fue marcada por el hombre
después de 8 años de duro trabajo,
que aprendan de la musa del poeta,
que con apenas sonreír, 
ya pisó y selló mi Luna.






Entre palabras cortadas...

6 comentarios:

  1. Me gusta, sí, sí que me gusta, pero, al margue de de eso, hay algo escondido que me intriga. Puede que sean cosas mías o esas distancias en espacio y tiempo que luego quedan selladas con una sonrisa.

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    1. Mil gracias por depositar en mis destilaciones de vida un minuto para leerlas, espero seguir escribiendo y que te siga causando esa intriga. Un beso

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